RUTA INVERNAL AVILA
Enero 2005
Enero 2005
Un total de diez coches nos dábamos cita una fría mañana de febrero para recorrer los caminos del valle del Alberche, las sierras de la Paramera y Ávila y el Valle de Ambles.
Con retraso iniciabamos la marcha desde el restaurante el descanso del Pantano del Burguillo, pronto tomamos la pista que bordea por el lado derecho el pantano, llegando al final de una lengua de agua que había que vadear.
Uno a uno los vehículos superaban el agua, esta vez mas baja de lo habitual, ya que no ha llovido en la zona durante el invierno.
Ahora la pista entra en una zona de ganado debiendo superar algunas portadas, que el primero del grupo se encarga de abrir y el ultimo de cerrar.
De nuevo por pistas llegábamos a El Barraco, donde “La trialera” nos esperaba para poner a prueba un año mas a vehículos y pilotos, Manuel con su pequeño Suzuki, no se lo pensó dos veces hincando la subida como si no fuera ninguna dificultad, superando el primer tramo sin problemas y tomando la alternativa en el segundo.
A continuación Carlos y su Toyota lo intentaban pero quedaban atrapados cuando tomaban la alternativa y es que unas piedras sueltas hacia patinar las ruedas. Tras varios intentos fallido y algún resbalón, lo intentan de nuevo pero sin éxito.
Ricardo y su infatigable Defender iniciaban la subida en su ayuda, subiendo toda la trialera y bajando por la alternativa para enganchas a Carlos.
Una vez superado el tramo iniciaba la ascensión Fernando con su nuevo Range Rover de 15 años, pero atascaba en una zona de subida viéndose obligado a retroceder, con la mala suerte de quedarse encallado en una gran soca dañando el deposito de combustible. El vehículo estaba inmovilizado y Eduardo y su flamante Land Cruiser iniciaron el ascenso para rescatar al Range, subiendo la trialera marcha atrás para arrastrar con el winch al otro vehículo. La operación tuvo éxito y el Range quedo libre para poder bajar el resto de la trialera y continuar la ruta, no si antes comprobar que había agujereado el deposito de combustible.
Una reparación de urgencia ideada por el otro Fernando “el doctor” consintió en mascar chicle suficiente y tapar la fisura evitando el derrame de Gas-oil.
Tras esta pequeña aventura el grupo inicio de nuevo la marcha coronando la sierra de la Paramera, y realizando el trayecto por su parte mas alta, atravesando extensos prados helados. Donde hasta las fuentes se encuentran heladas por las bajas temperaturas y la umbría de algunas zonas.
Una nueva bajada para atravesar la Ctra. N-403 no devuelve de nuevo a lo mas alto.
Una vez superado otro pequeño vadeo iniciabamos la bajada hasta el valle de Ambles, por una sinuosa bajada, que en pocos metros nos llevaba hasta el fondo del valle.
Ya era hora de comer con lo que decidimos para en Mironcillo, donde en el bar local nos acogieron y nos sirvieron bebida y comida suficiente, al resguardo del intenso frío.
Por la tarde reiniciábamos la marcha atravesando el valle en busca de nuevo de las cumbres, esta vez de la sierra de Ávila, donde bonitos paisajes y pueblos nos aguardaban.
Antes había que atravesar el río Adaja, donde todos los participantes disfrutamos de un largo vadeo.
El primero en bañarse fue José Luis, que al equipar snorkel podía pasar con mas ímpetu que los demás.
A continuación todos probaron el paso y algunos varias veces, pudiendo realizar fotos por doquier.
Unos súbitos copos de nieve hacen que volvamos a la ruta.
A continuación un pequeño error en el rutometro nos hacia dudar en un cruce, pero Eduardo siempre atento rápidamente nos saco de dudas, había que dirigirse hacia una antena reptidora, y allí estaba...
El ultimo tramos de la ruta nos metía en unos estrechos caminos del más típico ambiente serrano, rodeados de piedras graníticas y enormes encinas milenarias.
El final de la ruta, ya por pistas de concentración parcelaria nos dejaba en Villanueva de la sierra, entre copos de nieve.
En el bar local procedimos al sorteo de un regalo para los participantes, tomamos un café y emprendimos la marcha a casa.
Nos vemos el año que viene...
Texto y Fotos: Eduardo Celdran
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