viernes, 19 de diciembre de 2008

Eduardo Celdran Oteo (Ruta al Monasterio de Piedra 2008)




RUTA MONASTERIO DE PIEDRA 2008
El viernes por la tarde nos fuimos dando cita en el pequeño y escondido hotel La Posta Real de Sigüenza. Tras instalarnos en el hotel, nos desplazamos al pequeño restaurante Mesón El Gurugu de la Plazuela, donde fuimos atendidos por su propietaria a la perfección. Una larga tertulia dio por finalizada la noche, aunque algunos la alargaron un poco más. Ya por la mañana y tras el desayuno nos dimos cita en la explanada del Parador para el correspondiente Breafing. En dos grupos nos pusimos en marcha, en dirección al mirador del Cid, desde donde se obtienen unas espectaculares vistas de Sigüenza. Amenizadas por una manada de buitres revoloteando a nuestro alrededor. La mañana amaneció lluviosa y las pistas estaban llenas de ese barro que tanta fama ha dado a Guadalajara. Los coches llegaron a la primera parada de la mañana totalmente teñidos de este elemento. La primera parada se realizo en la casa de piedra de Alcolea del Pinar, donde su propietario nos explico cómo se excavó la roca y como vivían sus antepasados en ella. De nuevo en ruta, nuestro camino se entrelazaba con las vías del moderno AVE, con continuos puentes, y túneles, y es que cuando hace años se hizo por primera vez esta ruta el AVE aun no existía. La segunda parada se realizo en Medinaceli, pueblo que sorprendió a todos los participantes, que siempre vieron Medinaceli como un pueblo de paso en la N-II sin reparar que en el alto de un cerro, existe el pueblo medieval, con arco del triunfo incluido. Tras comprar unas deliciosas pastas en el convento de clausura, reemprendimos la ruta. Pero por poco tiempo, pues era casi la hora de comer. Una explanada entre Urex de Medinaceli y Velilla, sirvieron para extender nuestras mesas y compartir las viandas. Con concurso de tortillas incluido. De nuevo en ruta, nuestro próximo destino seria la laguna de Judes, que esta vez estaba completamente seca. Pero antes de llegar a la laguna, Raquel a los mandos de su Tuareg, protagonizó la anécdota del día, atravesando su coche en la pista tras cruzar un charco con mucho barro, y pinchando una de las ruedas, lo cual provoco la pérdida de control del coche. Arreglado el incidente y reparada la rueda, proseguimos marcha. Pero al cruzar el pueblo de Sisamon, unas obras en la plaza, provocaron el caos en el grupo, con la perdida de algunos coches. Unos con suerte encontraron de nuevo la ruta y otros como Marcos y Nanda, se perdieron cayendo la noche, y tras varios intentos fueron recogidos por Eduardo, que tuvo que emplear hasta el rotativo, para llamar la atención de ambos “perdidos”. Pero la noche parece que complico las cosas, y el grupo delantero se encontró otra pista en obras con un barrizal monumental, zanjas y enormes cráteres. Eso conllevo el atasco de Pedro y su Kia, que debido a su menor altura, se quedo columpiando en una zanja. Rápidamente fue asistido por Josechu y Carlos, solventando el incidente. Aunque la eslinga de Josechu quedo maltrecha por el barro Sobre las 20h ya de noche, el grupo llegaba al Monasterio de Piedra, objetivo de nuestra ruta. Una vez acomodados y comentadas las mejores jugadas del día, nos desplazamos hasta el cercano Hotel Las Truchas para la cena. A las nueve de la mañana teníamos previsto la visita al Parque de agua del monasterio y el día amaneció acompañando con un sol esplendido. Todo el grupo disfruto de la visita a las cascadas, cuevas y pasarelas que han hecho archifamoso el lugar. Sobre las 11h comenzábamos la ruta, desde la puerta del monasterio. Esta vez Eduardo quería darle un poco de “vidilla” a la etapa y para evitar que se circulara en grupo, decidió dar la salida de minuto en minuto y así obligar a que todos manejaran el rutometro. La experiencia salió perfectamente, pese a alguna perdida sin importancia. Volvíamos a la vieja usanza… pues últimamente los participantes algo “vaguillos” se dejaban llevar por el coche delantero. La ruta recorría, siempre rumbo sur, cañones y campos hasta llegar a los pinares que circundan Molina de Aragón. El final de la ruta estaba previsto en el castillo, donde pudimos disfrutar de un aperitivo final de ruta. Después de la visita al castillo descendimos al pueblo a comer en el restaurante El Castillo. Tras la comida dimos por finalizada la ruta, ya esperando que venga la próxima en Enero. Hasta la próxima...
TEXTO Y FOTOS: EDUARDO CELDRAN
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