miércoles, 26 de noviembre de 2008

Eduardo Celdran Oteo (Ruta del Destierro del Cid 2007)









RUTA
DEL DESTIERRO DEL CID
Octubre 2007


El jueves por la noche nos dábamos cita en la monumental ciudad de Burgos, tras un monumental atasco de salida de Madrid, todos llegábamos “pegados” para ir a cenar al vecino pueblo de El Cardeñadijo, donde nuestro buen amigo Alfonso (el de Burgos) nos había recomendado.
La cena fue espectacular no solo por las viandas, sino por el lugar, muy bien ambientado y por el grupo que rápidamente formo una piña, que luego se mantendría todo el fin de semana. Ya entrada la noche volvimos al hotel Husa Arlanzon, donde acompañados por los “mercancías” nocturnos tuvimos un reparador sueño.

Por la mañana, tras el desayuno, todo el grupo se dirigió a Vivar del Cid, lugar de nacimiento del Cid e inicio del camino del destierro del Cid, pues allí, junto al mesón del Cid, se encuentra la Legua 0.
Tras el Breafing correspondiente y analizar las alternativas, a realizar, pues medio ambiente nos había recortado un par de tramos hincamos el recorrido, que en primera instancia nos llevaría a atravesar Burgos y llegar por carretera hasta el Monasterio de San Pedro Cardeña, donde se encuentran los restos de Dña Jimena y sus hijas.
De nuevo en ruta, se producen las primeras perdidas, pues algunos o no siguen el rutometro o no siguen el GPS, llevando a los que les siguen al error. Todo sin importancia, y son reconducidos por la organización al “Buen camino”. La siguiente parada se produce en una extraña cueva, antigua cantera y polvorín del ejército, visitable con los vehículos. Si alguien nos hubiera seguido desde el aire, 15 todoterrenos hubieran desaparecido por arte de magia.

De nuevo en ruta, nos internábamos en los caminos que se suceden por encima de la cueva, entre simas y canteras de piedra caliza, retomamos los pasos del Camino de Cid, esta vez señalizado con piedras calizas indicadoras de la dirección a seguir. Una enorme finca nos impide el paso y la bordeamos durante kilómetros entre barrizales, llegando de Mecerreyes. Desde aquí debemos abordar la primera alternativa del día, al atravesar la ruta una zona prohibida por medio ambiente. La organización al frente va abriendo camino con ayuda del oziexplorer. Llegando la hora de comer, el tiempo acompaña así que a pie de camino improvisamos el almuerzo.
Ya por la tarde una bonita bajada trialera nos deja en la histórica Covarrubias, donde aparcamos para visitar a pie su centro amurallado y plagado de historia. Nuestra siguiente parada fue el monasterio de San Pedro de Arlanza, en reconstrucción, donde pudimos hace runa magnifica foto de grupo.
Una nueva alternativa (medio ambiental) nos llevaba hasta Silos donde dábamos por finalizada la ruta, en el excelente hotel Tres Coronas.
La segunda etapa no iba a llevar por un terreno que poco a poco se iba alisando. Nada mas salir visitamos el desfiladero de La Yecla, un impresionante tajo en la roca, que solo se puede visitar a pie mediante unas pasarelas.
En este punto recibimos la visita de los agentes forestales, que nos solicitaron los permisos y nos recordaron la prohibición del siguiente tramo propuesto. así estaba previsto y de nuevo Eduardo nos llevo explorando nuevos caminos igual de divertidos, pero evitando una zona de especial protección de aves. así poco a poco íbamos llegando al final de la provincia de Burgos, pero antes de salir una perdida masiva de rutometro, entretuvo al grupo antes de la visita al Castro romano de Clunia.
Tras la visita, salíamos de Burgos para entrar en Soria, donde todo el recorrido estaba autorizado. La parada para comer fue de nuevo en el campo bajo un sol que aun calentaba lo suficiente para hacer agradable la parada. Entre campos y algún barrizal, que parecía mas de lo que en realidad fue, legábamos a San Esteban de Gormaz, donde una pequeño bucle nos hacia evitar la carretera a través de un monte bajo repleto de fauna, con vadeo y zanja para elevar la dificultada del recorrido. Todo superado con pericia por lo participantes, que sin más novedad llegaban a su segundo destino: El Burgo de Osma.
Tras la parada en el Hotel Río Ucero, una visita a la ciudad, con chateo incluido significo el mejor colofón al día, y la charla posterior a la cena, sirvió para el comienzo de nuevas aventuras… quizás Namibia.
El domingo amanecíamos un poco mas temprano pues la etapa era larga y teníamos que llegar a la comida final a las 15h.
Con puntualidad por parte de casi todos los participantes íbamos saliendo en dirección Recuerda, para tomas unas pistas que nos internarían en bellos pinares, que provocarían las primeras perdidas de la mañana. Finalmente todos iban llegando al Castillo de Gormaz, primer punto de parada y visita, desde donde se pueden observar preciosas vistas.
A continuación el destino era Caracena, pero antes había que superar una intensa trialera en bajada, donde los SUV se vieron en aprietos y algún TT se dejó las estriberas. La bajada con cortado incluido brindaba unas estupendas vistas del pueblo, la iglesia y el castillo. Ya en el pueblo y tras un breve aperitivo en el mesón Caracena y la visita a la iglesia, hincamos el ascenso al castillo a través de su trialera, que en seco no presenta dificultades, pero que con lluvia o nieve, suele ponerse interesante. Tras el castillo unos estrechos caminos carreteros nos iban acercando hasta Tiermes, antes una paso estrecho entre ramas, sirvió para quitar algo mas que el polvo de los laterales de los coches…

Tiermes, asentamiento celtibero es un lugar interesante para dedicar una parada y así lo hicimos. Atravesando la propia ciudad por una pista, continuamos el camino hasta Manzanares, pueblo totalmente abandonado y con ese misterio que solo estos pueblos tienen. A continuación Retortillo de Soria, donde los participantes debían afinar su puntería para entrar por el arco de la ciudad, y a continuación un tramo estepario, que nos llevaría a dejar Soria y entrar en Guadalajara.
Y por la cañada real, llegar hasta la histórica Atienza, donde a pie de su castillo nos despedimos de nuestros amigos de Barcelona, Joseph y Agusti, que desde aquí tenían mejor combinación para volver a casa.
El resto ya por carretera continuamos hasta Hiendelaencina, pueblo de Enrique, donde Jose regente del Bar Sabory, nos preparo una excelente comida basada en su famoso cabrito asado.
Tras la comida, la despedida y la vuelta a casa. Todos contentos por haber pasado un puente tan agradable.
TEXTO Y FOTOS: EDUARDO CELDRAN