lunes, 29 de diciembre de 2008

Eduardo Celdran Oteo (I Ruta "Amigos de Gismero" 2008)








I RUTA "AMIGOS DE GISMERO" 2008

La amenazas de temporal no entorpecieron esta reunión, que Ángel Gismero convoco entre sus amigos.
Ni más ni menos que 14 coches nos dimos cita, en la gasolinera de la N-I de “Cervezas El Águila”, tras las presentaciones, colocación de algunas emisoras, todos juntos partíamos hacia San Leonardo Yagüe. El viaje resulto cómodo en poco menos de 3 horas estábamos en nuestro destino, el Hotel La Reserva.
Pilar, su gerente nos dio la bienvenida y entrego las llaves de las habitaciones. El tiempo estaba justo para ir a cenar al solicitado restaurante El Hachero de Navaleno, apenas a 2kms del hotel. Como siempre hubo que apretarse, y acomodarse en varias mesas para poder cenar, pero el menú que “Vitin” nos sirvió mereció la pena. Todos quedamos sorprendidos por la velocidad con la que preparan comida para tanta gente, nada menos que 51 personas.
Tras la cena, volvemos al hotel para proceder al breafing de rigor, explicar las particularidades de la ruta, las visitas, etc. Y por supuesto tomar alguna copa, sin peligro de tener control de alcoholemia entre la cafetería y las habitaciones.

Sábado:
Partimos, casi puntuales, en dirección a San Leonardo, parando brevemente a comprar pan. La mañana prometía pues empezó a nevar. Al entrar en pista el barro ya era abundante, pero es que la nieve iba en aumento. El primer tramo de pista, fue superado con éxito pese a algún baile de los todocaminos.
La primera parada seria el Cañón del rio Lobos, aunque no pudimos disfrutar del su estupendo mirador, por la niebla reinante, si que nos atrevimos con “la caminata” hasta la ermita entre la nieve que ya empezaba a cuajar.
Bien pertrechados y protegidos niños y mayores iniciamos la caminata hasta la ermita y la cueva, quedando gratamente sorprendido por la belleza del lugar, que incluso a los que lo conocemos nos sorprende, pues cambia su aspecto dependiendo de la época del año en la que se visite.
De nuevo en los coches y aprovechando que el centro de interpretación estaba cerrado, improvisamos un “almuerzo” en su aparcamiento bajo el techado de madera. Rápidamente, Roberto saco los embutidos, Eduardo el pan, Luis el vino y en cinco minutos todos estaban comiendo.
El tiempo empeoraba, así que decidimos continuar la ruta, pues “la aventura es la aventura”. La pista ascendía hasta el castillo de Gormaz y a continuación pasando por Aliaga, llegaba hasta el pueblo de Cubillos, en la actualidad abandonado. En esta zona ya la nieve cubría por completo el campo, pero no presentaba de momento dificultades.
Llegamos a Muriel, donde teníamos prevista una nueva visita, esta vez a la laguna de la Fuentona. Todos, incluso algunos con trineos, realizaron la visita, bajo el manto blanco, que incluso obligo a un equipo de buceadores vascos a abortar la inspección de la laguna.
Rozábamos ya las dos de la tarde y nos separaban 5kms de Calatañazor el lugar previsto para la comida. Aunque realizamos el tramo por carretera, “la cosa” ya estaba complicada, tanto que hubo que socorrer a un turismo para que pudiera remontar un repecho.
Tanta nieve caía que al llegar al pueblo, montamos un monumental atasco en la calle principal, debido a que la rodada de los primeros coches, se helo. Provocando el patinazo de Ramón, que a su vez golpeo a Miguel Ángel. Finalmente decidimos no continuar subiendo coches y dejarlos aparcados en la explanada de la entrada del pueblo.
La comida sirvió para secarnos y reponer fuerzas, pero las noticias que podíamos ver atraves de las ventanas, no eran nada halagüeñas. Nevaba, nevaba sin parar…
Tras la comida y ante la imposibilidad de encontrar las trazas de los caminos, decidimos iniciar la vuelta por carretera, y así lo hicimos. Nada más salir Miguel Ángel, cayó en la cuneta al cruzarse con otro vehículo, siendo rescatado inmediatamente por Ángel, que cerraba el grupo. Entre tanto los demás esperábamos en el siguiente cruce. En ese preciso instante recibí una llamada de mi amigo Alfonso “El de Burgos” que había estado visitándonos en Calatañazor para advertirme que esa carretera estaba muy complicada en varios pasos y que era mejor continuar por otra ruta. Así hicimos, abriendo la carretera al tráfico pues ya estaba completamente nevada.
Ya de noche y tras haber quitado algún árbol caído en la carretera regresamos al hotel.
En la cafetería se vieron algunas partidas de mus, charlas y futbol, no en vano jugaban Madrid y Barcelona.

Domingo:
Amanecimos sin nevar, lo cual era buena noticia pues, podríamos hacer el recorrido previsto, pero no contábamos con otro problema.
La nieve caída el día y la noche anterior era de tal magnitud que muchos pinos se habían partido o arrancado de la tierra cortando los caminos.
Iniciamos el recorrido apartando entre varios participantes tres o cuatro arboles, pero llegamos a un punto donde hubiéramos necesitado una motosierra, para seguir avanzando.
Decidimos entonces, intentar otra entrada al pinar, atraves de una pista más principal, pero al “quinto pino” de nuevo vimos que resultaría imposible seguir avanzando sin la ayuda de una motosierra.
Habíamos tirado la toalla y decidido seguir por carretera hasta el pueblo final de la ruta, cuando decidí un último intento, en Cabrejas del Pinar, entrando por la pista que deberíamos haber llevado el día anterior por la tarde.
Esta vez el ganado era el que cortaba el paso, debido a que los ganaderos las dan de comer en el único sitio que no tiene nieve, el asfalto. Una vez que esperamos a que las vacas se saciasen continuamos nuestro camino que se convertía en tierra unos metros más adelante. Como era de esperar una par de arboles tumbados, nos dieron la bienvenida, pero como no eran demasiado pesados decidimos apartarlos y continuar, abriéndose delante de nosotros una zona de pino bajo, con un paisaje digno de Canadá, como alguno de los participantes recordaba por la emisora.
Nuestro premio a la tenacidad tuvo su recompensa al ir abriendo pista sobre nieve virgen, hasta Molinos de Duero, lugar donde decidimos para a almorzar, esta vez cobijados dentro de un bar local, que tuvo a bien aceptar nuestro bocadillos a cambio de servirnos la bebida.
Como no estábamos siguiendo el rutometro, decidí improvisar un recorrido que realice hace algunos años, alrededor del pantano de la cuerda del pozo, que se encontraba simplemente espectacular debido a la nevada. Nada más iniciar el tramo Ramón callo a la cuneta del camino teniendo que ser rescatado por Roberto, que necesito la ayuda del winch para poder devolverle al camino.
De nuevo en ruta los paisajes alrededor del pantano, resultaron sorprendentes, como sorprendente les resulto a los ocupantes de un Mitsubishi que nos cruzamos al ver a Luis y su BMW X5 circulando sin problemas por la pista, con la cantidad de nieve caída, pareciendo un quitanieves debido a su poca altura.
Ya en el puente de Vinuesa, nos reunificamos para hacer unas fotos de grupo, con todos los vehículos sobre el puente. En Vinuesa, las caras de las personas que se encontraban en las calles resultaban un poema, al vernos venir de la pista, como si de una caravana se tratara.
Tomamos la carretera hacia Santa Inés, para luego girar en dirección a El Quintanarejo, lugar final de la ruta en el restaurante Balcón de Brezal.
Jaime y su madre, como siempre nos dieron la bienvenida, esta vez con una jugosas patatas con corzo, migas y carne a la brasa. Sirviendo de colofón a un fin de semana intenso.
Tras la comida, vino la despedida, las fotos, los autógrafos, los abrazos y los agradecimientos. Incluso las proposiciones de repetir la ruta avanzada la primavera, para poder disfrutar de todo el recorrido…

Desde Iberutas, agradecer a Ángel su confianza y al resto su amabilidad, espero veros pronto en la II Ruta amigos de Gismero, o en cualquier otra ruta de Iberutas 4x4. De momento ya sois socios de Iberutas….
TEXTO Y FOTOS: EDUARDO CELDRAN OTEO
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viernes, 19 de diciembre de 2008

Eduardo Celdran Oteo (Ruta al Monasterio de Piedra 2008)




RUTA MONASTERIO DE PIEDRA 2008
El viernes por la tarde nos fuimos dando cita en el pequeño y escondido hotel La Posta Real de Sigüenza. Tras instalarnos en el hotel, nos desplazamos al pequeño restaurante Mesón El Gurugu de la Plazuela, donde fuimos atendidos por su propietaria a la perfección. Una larga tertulia dio por finalizada la noche, aunque algunos la alargaron un poco más. Ya por la mañana y tras el desayuno nos dimos cita en la explanada del Parador para el correspondiente Breafing. En dos grupos nos pusimos en marcha, en dirección al mirador del Cid, desde donde se obtienen unas espectaculares vistas de Sigüenza. Amenizadas por una manada de buitres revoloteando a nuestro alrededor. La mañana amaneció lluviosa y las pistas estaban llenas de ese barro que tanta fama ha dado a Guadalajara. Los coches llegaron a la primera parada de la mañana totalmente teñidos de este elemento. La primera parada se realizo en la casa de piedra de Alcolea del Pinar, donde su propietario nos explico cómo se excavó la roca y como vivían sus antepasados en ella. De nuevo en ruta, nuestro camino se entrelazaba con las vías del moderno AVE, con continuos puentes, y túneles, y es que cuando hace años se hizo por primera vez esta ruta el AVE aun no existía. La segunda parada se realizo en Medinaceli, pueblo que sorprendió a todos los participantes, que siempre vieron Medinaceli como un pueblo de paso en la N-II sin reparar que en el alto de un cerro, existe el pueblo medieval, con arco del triunfo incluido. Tras comprar unas deliciosas pastas en el convento de clausura, reemprendimos la ruta. Pero por poco tiempo, pues era casi la hora de comer. Una explanada entre Urex de Medinaceli y Velilla, sirvieron para extender nuestras mesas y compartir las viandas. Con concurso de tortillas incluido. De nuevo en ruta, nuestro próximo destino seria la laguna de Judes, que esta vez estaba completamente seca. Pero antes de llegar a la laguna, Raquel a los mandos de su Tuareg, protagonizó la anécdota del día, atravesando su coche en la pista tras cruzar un charco con mucho barro, y pinchando una de las ruedas, lo cual provoco la pérdida de control del coche. Arreglado el incidente y reparada la rueda, proseguimos marcha. Pero al cruzar el pueblo de Sisamon, unas obras en la plaza, provocaron el caos en el grupo, con la perdida de algunos coches. Unos con suerte encontraron de nuevo la ruta y otros como Marcos y Nanda, se perdieron cayendo la noche, y tras varios intentos fueron recogidos por Eduardo, que tuvo que emplear hasta el rotativo, para llamar la atención de ambos “perdidos”. Pero la noche parece que complico las cosas, y el grupo delantero se encontró otra pista en obras con un barrizal monumental, zanjas y enormes cráteres. Eso conllevo el atasco de Pedro y su Kia, que debido a su menor altura, se quedo columpiando en una zanja. Rápidamente fue asistido por Josechu y Carlos, solventando el incidente. Aunque la eslinga de Josechu quedo maltrecha por el barro Sobre las 20h ya de noche, el grupo llegaba al Monasterio de Piedra, objetivo de nuestra ruta. Una vez acomodados y comentadas las mejores jugadas del día, nos desplazamos hasta el cercano Hotel Las Truchas para la cena. A las nueve de la mañana teníamos previsto la visita al Parque de agua del monasterio y el día amaneció acompañando con un sol esplendido. Todo el grupo disfruto de la visita a las cascadas, cuevas y pasarelas que han hecho archifamoso el lugar. Sobre las 11h comenzábamos la ruta, desde la puerta del monasterio. Esta vez Eduardo quería darle un poco de “vidilla” a la etapa y para evitar que se circulara en grupo, decidió dar la salida de minuto en minuto y así obligar a que todos manejaran el rutometro. La experiencia salió perfectamente, pese a alguna perdida sin importancia. Volvíamos a la vieja usanza… pues últimamente los participantes algo “vaguillos” se dejaban llevar por el coche delantero. La ruta recorría, siempre rumbo sur, cañones y campos hasta llegar a los pinares que circundan Molina de Aragón. El final de la ruta estaba previsto en el castillo, donde pudimos disfrutar de un aperitivo final de ruta. Después de la visita al castillo descendimos al pueblo a comer en el restaurante El Castillo. Tras la comida dimos por finalizada la ruta, ya esperando que venga la próxima en Enero. Hasta la próxima...
TEXTO Y FOTOS: EDUARDO CELDRAN
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martes, 16 de diciembre de 2008

Eduardo Celdran Oteo (Ruta a los Ancares 2008)




RUTA A LOS ANCARES 2008
Iniciamos una nueva temporada, con una ruta por tierras gallegas. Los montes Ancares, frontera natural entre León, Lugo y Asturias, serian el escenario de este fin de semana.


Nos reunimos los 15 coches asistentes, mas 2 de organización, en la aldea de Piornedo, situada en el corazón de los Ancares. El hotel rural Piornedo, seria nuestro alojamiento en una desapacible noche con un aire huracanado que los gruesos muros del hotel soportaron con facilidad.


Tras la cena, procedimos al breafing, explicando los recorridos de los dos siguientes días, pasando directamente a la charla en el bar, hasta altas horas de la madrugada.


Por la mañana, y con los restos del fuerte viento, procedimos a la visita a una palloza, perfectamente conservada tal y como eran habitadas antiguamente. Y nos pusimos en ruta con dirección Balouta, tras un breve enlace por carretera iniciamos la subida a las cumbres, evitando las nubes bajas que cubrían los valles como si de algodón se tratara. Por anchas pistas, impracticables en invierno, por las abundantes nevadas que caen en esta zona, íbamos enlazando una cuerda de montaña con otra, atravesando pequeñas aldeas, con sus hórreos y pallozas.


Para atravesar algún valle no nos quedaba más remedio que internarnos en la espesa niebla para volver al sol en la cumbre siguiente. Un par de cortafuegos pusieron la guinda a la mañana que culmino con la subida por una “corredoira” que nos llevaba hasta A Fonsagrada.

Tras las compras de rigor, iniciamos un recorrido por estrechos caminos que nos llevaron hasta el mismísimo camino de Santiago, en su vertiente del norte y lugar donde celebramos la comida en una zona recreativa.


Tras la comida, de nuevo en ruta comenzaron las dificultades en forma de nuevos cortafuegos y caminos rotos o demasiado estrechos para nuestras pinturas laterales.

Pero también comenzaron los contratiempos mecánicos, en este caso para Jesús, su Jeep Wrangler tras bajar un cortafuegos, quedo con el cambio automático bloqueado, dejando el coche inmovilizado. Tras mucho “tocar” aquí y allá, no hubo manera de engranar ninguna marcha, teniendo finalmente que avisar a la grúa.


El resto del grupo, continuo camino, entre escarpadas subidas y bajadas, algunos saltos de zanjas, debido a reciente construcción de nuevas pistas, y pistas estrechas llenas de barro, ramas y piedras.


Cayó la noche y continuamos, nuestro camino en un intento fallido de completar todo el recorrido. Finalmente sobre las 21h, tomamos carretera para llegar al hotel Jorge I de Lugo.


Tras una ducha rápida, nos fuimos a cenar al restaurante Tempo, lugar de moda en Lugo, pero el cansancio nos impidió comprobar el ambiente festivo de la ciudad, ya que se celebraban las fiestas de San Froilán.


El domingo a las 9h, comenzamos la corta, pero intensa, ruta que nos llevaría hasta Outeiro de Rei, y más concretamente al Parque natural Marcelle.

Una vez en pistas, atraves de caminos casi perdido llegábamos a las primeras dificultades del día, una par de cortafuegos en subida, que sirvieron para despertar los ánimos de los participantes. A continuación y casi sin tener tiempo a recuperarse, una trialera en subida en la zona conocida como “tres pedras”. Se trataba de una subida rota por el agua con piedras descarnadas y una rampa final sobre piedra viva entre paredes.

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Una nueva dificultad consistía en pasar un túnel natural entre ramas, donde el ancho entre los árboles y las maniobras para evitar los tocones del suelo hacia complicado el paso.

A continuación una visita por el rio Miño y un puente colgante que sirve para acceder a un refugio de pesca, sirvieron de parada a media mañana.

Otra vez dentro del túnel natural entre ramas y arboles nos condujo, por la sombra, hasta la inmediaciones de Marcelle. Una vez reagrupados continuamos por carretera hasta el parque.


Una vez en el parque, repleto de animales de todas las especies, iniciamos su visita a pie, comiendo en el merendero del recinto, y continuando la visita tras la comida.

Dando por concluida la ruta sobre las 17h, para facilitar la vuelta a casa, a gallegos, valencianos, asturianos y madrileños.


El año que viene prometemos volver a iniciar la temporada en Galicia, con una bella ruta por la Rías Baixas. Hasta el año que viene…

Agradecer a los compañeros de Meigalicia, Estefanía y Tito, por su buen hacer, el marcaje de la ruta, los videos y sobre todo por su compañía.


TEXTO Y FOTOS: EDUARDO CELDRAN


TODAS LAS FOTOS EN: Galeria Iberutas 4x4


VIDEO DE CARLOS: Video Carlitos



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lunes, 8 de diciembre de 2008

Eduardo Celdran Oteo (Raid Transmorocco 2008)









RAID TRANSMOROCCO 2008


Ya estamos de vuelta, ya estamos en casa… aunque ciertamente ha parecido que no hemos salido de ella, hemos estado en otro país, en otro continente, pero nos hemos sentido como en casa en todo momento, hemos estado en grandes Hoteles de lujo, hemos pasado ciertas penurias en el desierto, hemos sufrido una tormenta de arena, todo esto en un país culturalmente distante al nuestro, pero nos hemos sentido como en casa, quizás sea por los compañeros, quizás por las gentes del lugar, quizás por la organización, o quizás por todo ello junto.
Si, seguro que es por eso, porque la organización ha sido excelente, no parecía fácil manejar un grupo de 22 coches recorriendo mas de 4.000Km pero todo ha salido a la perfección, los contratiempos son inevitables y más en un viaje de aventura donde existen cientos de variables que pueden aparecer de cualquier forma, pero la capacidad de la organización se pone de manifiesto en estos casos, cuando cualquier contratiempo imprevisto pasa a un según plano ya que se soluciona sobre la marcha de forma impecable. Es condición humana que a la hora de valorar estos casos el caer en la borrachera de ser muy destructivos o por el contrario deshacernos en elogios, creo que siendo objetivo hay que agradecer tanto a Eduardo como a Antonio su involucración y la atención que han prestado a todo el grupo en todo momento, aunque no han dado muestras de ello soy consciente que ha sido un esfuerzo agotador en algunas ocasiones, no voy a enumerar los momentos a los que me refiero pero los que hemos estado en este viaje solo tenemos que pararnos un minuto a pensar y se empiezan a agolpar en nuestros recuerdos esas situaciones complicadas o que requerían algún tipo de ayuda y allí esta Eduardo o Antonio. Otra de las claves de este éxito han sido los compañeros de ruta, en todo momento han estado pendientes los unos de los otros, los más veteranos supervisan a los menos experimentados. Caso especial ha sido el de Irene, la embarazada Irene, el vuelco de ayuda y atención ha sido fantástico, y ha tenido la oportunidad de disfrutar intensamente del viaje, con la tranquilidad de que estaba bien atendida por, entre otros, Enrique, Blanca, Ainhoa, Vero, Nanda, Belén…. Todo el grupo ha sido parte de la clave del éxito. Gracias a todo lo anterior hemos podido sentirnos como en casa, como en casa porque también las gentes de los lugares por los que hemos pasado nos han tratado con atención y amabilidad, hemos estado en grandes ciudades, en fantásticos hoteles, en zonas reprimidas, pequeñas aldeas o agrupaciones perdidas en el desierto, y en todos los lugares hemos estado a gusto, tranquilos y bien recibidos. Ahora viene la parte de hacer un pequeño resumen del viaje, desde el punto de vista de un viajero en su 4x4, siguiendo un orden cronológico empezamos la aventura: El pasado 14 de Marzo partimos con nuestra sonrisa un poco forzada y digo forzada por que era muy temprano; salíamos veintidós 4x4, y mientras adelantábamos vehículos que se disponían a terminar su semana laboral, nosotros emprendíamos nuestra aventura, dirección Marruecos. El lugar de encuentro era Algeciras, unos 700 Km. después, donde nos uníamos coches de Madrid, Valencia, Alicante y Gerona. A primera hora de la tarde tomábamos el ferry con dirección a Ceuta. Una placida travesía y tras cruzar la ciudad de Ceuta nos encontramos con la administración aduanera marroquí. Tras dos horas, llegamos al Hotel Sofitel de Marina Smir, hasta ahora todo suavidad y carretera. El segundo día, partimos de Tetuán, con destino a Fez, con algo deprisa para poder aprovechar la tarde en la Medina, como así fue. El grupo de 55 personas se dividió en varios grupos y nos adentramos en la Medina, para descubrir ese mundo increíble llenos de colores, olores y sabores.... < El tercer día, viajábamos dirección sur, a través del Atlas marroquí. Primero Ifrane, “la suiza marroquí”, luego los bosques de cedros, donde pudimos, observar preciosos ejemplares de cedros y ejemplares de monos, típicos de la zona. El paisaje cambiaba por momentos, que diferente es la cara norte del atlas de la cara sur. Mientras en la norte, los cedros dominan, en la sur comienza el desierto. Nos acercamos a los inhóspitos territorios secos y pedregosos. De pronto una curva y ante nuestros ojos un palmeral, dentro de un surco excavado por el Oued Ziz. La ultima sorpresa del día, nos la brindo un geiser de aguas sulfurosas, ya muy cerca de nuestro hotel, el mítico Hotel Xaluca de Erfoud. El cuarto día, ya entramos en materia, cogimos la mítica pista de la piedra Citroën y nos encaminamos a un oasis. Se puede percibir en momentos, los kilómetros de desierto, en este caso no de arena si no de despoblación, piedra y los pequeños alibustres que lo llenan todo, como esas pelotillas que le salen a los jerseys, una llanura inmensa con sus motitas verdes, unas montañas al fondo te recuerdan que estas en un país lleno de contrastes. Eso si paradas obligadas en los oasis para dar bocado. Como el famoso Marco buscando a su madre, subíamos montañas, las bajamos, cruzamos ríos, estepas y llanuras, todo con el fin de disfrutar y poner a prueba las amortiguaciones, ruedas y sobre todo el aire acondicionado, ríos de arena, derrapajes, trialeras, polvo y al fondo dunas. Al principio parecen color naranja, luego se tornan inhóspitas, deseando atraparte... Pero las dunas debían esperar un día mas, para engullirnos. Volvimos Erfoud, para descansar en el magnifico hotel Xaluca, baño en la piscina incluido. Para comprar en las tiendas de la ciudad y reparar el pinchazo de José Ramón, única incidencia del viaje hasta el momento. El quinto día, comenzamos recorriendo una inmensa hamada, salpicada de pequeñas haimas, donde viven nomadas, cuidando rebaños, salpicada también de las canteras de donde se extraen los fósiles, tan apreciados en los mercadillos locales, salpicada con pequeñas montañas, que nos ponían difícil el paso, con trialeras de piedras carbonizadas. Por fin nos plantamos ante el gran Erg Chebbi, por su cara menos conocida, pero no quería recibirnos, una inmensa tormenta de arena, desprendía sus partículas de fina arena, impidiéndonos salir del coche, comer y casi ver... El recorrido previsto marcaba atravesar dicho Erg en busca del alojamiento, en el espectacular Albergue Tomboctou. Pero tuvimos que modificarlo, atravesando por la parte norte. No nos íbamos a quedar si pisar arena, con lo cual, tras desinflar ruedas, comenzamos a franquear las ultimas dunas del Erg, entre la “niebla” provocada por la tormenta. Una tras otra los coches evolucionaban, con la mano experta de Eduardo abriendo camino y de Antonio en la retaguardia, vigilando. En un momento tres coches quedaron hundidos en una difícil situación, en la cresta de una duna, siendo rescatados rápidamente, por Eduardo. Finalmente todos superamos las dificultades, que para algunos resultaban una novedad, al no haber pisado nunca, este medio, con sus 4x4. El día se completo con la visita a la asociación Hassi Labiat, donde se produjo la entrega de material escolar y juguetes para que los niños de la zona, tengan esta pequeña ayudita, entregada por los participantes, con mucha ilusión. Ya en el Tomboctou, la tarde fue aprovechada para descansar y alguno para recibir un masaje en el recién inaugurado Spa. El sexto día, fue el día en que paseamos por el interior del Erg, con dunas dignas de la película DUNE, vivimos una mañana intensa, ya el día anterior nos había avisado, lo inhóspito del lugar, con la tormenta de arena. Todo comenzó muy temprano, casi al amanecer, las 6:00 AM; Un grupo de 5 coches, se reunió en el árbol señalado por la organización para los voluntarios a vivir esta “especial” de arena. Aún con frío partimos, contábamos con la ayuda de un guía, somos aventureros pero no locos. El resto del grupo, que saldría a las 9:00 de la mañana con la ruta programada, por lo que nuestros 5 coches teníamos 3 horas para disfrutar del amanecer desértico, y de la conducción en dunas, en su mejor estado para hacerlo, con la humedad de la noche. El sol comenzó a salir y a pesar del madrugón el desierto cobraba vida, los turistas paseaban con sus guías andando a la gran duna; otros en caravanas de camellos disfrutaban del paisaje, algunos nos miraban desde la lejanía y nosotros en nuestros hierros llenos de caballos navegábamos, con el rumbo fijado por el guía, subíamos y bajábamos entre las olas de arena, en cada parada sentíamos la soledad y traqueteo de los modernos motores diesel. Al pararlos el viento nos traía lejanos voces apagadas, se alcanzaba a ver la mayor de las lejanías, ese desierto que te puede hacer volverte loco. Tomamos un té en un acogedor oasis, convertido en motel, al más típico estilo de lo que en esta parte del mundo llamaríamos hippie, pero que allí es una haima y un colchón, en medio del Erg. Comentada la primera toma de contacto y con el sol ya sobrepasando la más alta de las dunas comenzamos el regreso al hotel. Gozoso regreso, ya con mas destreza tomábamos los vaivenes con suavidad la propia arena formaba parte de nuestro coche y se desprendía de nuestras ruedas una y otra vez, intentando subirse al neumático, los surcos que dejábamos desaparecían a breve que pasara el tiempo y era preciso seguir la pista del vehículo de adelante para evitar perderse. Zig-zag, izquierda y derecha y devuelta al hotel, imposible de hacerlo sin el guía, pero parecía una simple lección de orientación. Mientras, el grupo había partido para cumplir la etapa reina del viaje, la mas larga y difícil, con el añadido de la falta de combustible hasta bien entrada la tarde. El quinteto de las dunas, partía en busca del grupo, marcha forzada, no hay que perder tiempo, no bajamos la velocidad, no existe carretera solo un punto y su línea recta, pero pronto entendimos que la línea recta no es el camino más corto, el cauce de un río seco nos cortaba el paso, sin bajar la velocidad y escoltados por motocicletas de los habitantes del lugar que nos seguían sabiendo que no existía paso y que teníamos que volver nosotros buscamos un sitio de paso antes de tener que dar la vuelta, allí donde encontramos un pequeño paso, allí donde se vislumbraba un camino, allí donde el desnivel no era elevado, por allí entrábamos. Hasta que por fin, aparecimos al otro lado, en aquel lado quedaron los motoristas, tal vez asombrados o tal vez sabiendo que ese no hubiera sido el camino más corto. < Encontrada otra vez la línea recta, con nuestro punto de destino pusimos los coches en polvorosa e intentando salvar los obstáculos, esquivando piedras y grietas así llegamos al antiguo puesto de la legión francesa, nuestro punto final, donde se encontraba el grupo principal. Llegamos al fortín de la legión, allí parecía distinguirse a Jean-Claude Vandamme en lo alto con sus compañeros esperando la muerte, pero tan solo eran las sombras y los oscuros recovecos de la fortificación. El grupo principal había salido una hora antes, y lógicamente su marcha fue mas relajada, pudiendo disfrutar de lo que nosotros nos perdimos, lagos secos, oued arenosos, pistas de hamada, cuevas en la montaña con forma de atributo sexual femenino, pueblos en mitad de la nada, etc. Hubo tiempo incluso para un partido de fútbol. Tras la fortaleza de la Legión, un gran río de arena nos cortaba el paso, seguido de unas mini dunas, mas complicadas de lo que a priori parecían desde lo alto del fuerte. Continuamos a tope de acelerador de derecha a izquierda a golpe de timón, todo a la derecha o todo a la izquierda, los coches cruzados, cada rueda quiere ir para un lugar distinto pero la fuerza de la gravedad manda. Tras el río ahora tocaba cruzar un conjunto de dunas, el grupo ya había comenzado a atacarlas y nosotros decidimos no entorpecerlos y acometerlas por otro flanco. La emisora resoplaba con las voces del otro grupo; atascos, paradas, consejos…. Mayday, mayday, el jefe del grupo coordinaba el atolladero, todos iban en grupo hacia las mismas dunas, y nosotros para evitar caer y entorpecer seguimos por el nuevo camino, un camino que en vez a adelantar nos adentraría más en las dunas. Comenzó la tormenta de arena y nosotros a quedarnos en las dunas, de los cinco si no uno, el otro, si no tres. El grupo principal también estaba atascado... La situación te hace dudar, por un momento, ¿saldremos de aquí?... Es en estos momentos cuando contar con unos compañeros como Dios manda, te hace confiar en que vas a salir y así es; Todos para uno y uno para todos, pala, winch, eslinga, menos presión.... y “pin pan”, adelante y atrás, bajo el sol y sobre la arena, poco a poco vamos avanzando. En un momento dado el pequeño grupo se detiene Manolo y su Touareg, esta encallado como un barco en una bajada de marea. El problema reside en que el protector de carter se ha doblado e impide el avance. Desmontamos ruedas, quitamos la protección del carter que nos impedía el maniobrar por las dunas, esto último debido a un problema de diseño, ahora el coche esta libre, no hemos ganado una cerveza y unas risas. Finalmente el grupo principal, tras la pericia de Antonio, Manuel y Eduardo consiguen llevar a los 17 coches restantes al otro lado del Erg. No ha sido fácil, Irene, Nanda, Pablo, Fernando, Carlitos, Nacho... todos se han atascado en algún momento. En la hamada la parada es obligada para devolver la presión a las ruedas. Uno tras otro sacan sus compresores y empieza la operación. Pero se presentan problemas, por un lado el coche de Juan y Nacho pierde agua, un agujero en el radiador, provocado por un palo, tiene la culpa. Y por otro lado, el más preocupante, Irene tiene molestias, 5 meses de gestación y haber atravesado un Erg de dunas ella sola conduciendo parece que no la ha sentado mal. Manuel y yo estamos en el grupo de los 5, con el otro Touareg y nos informan por radio. Es un momento difícil, pero Belén (medico de SAMUR) esta con Irene y el resto del grupo la “mima”... todo queda en un susto y tras un paseo y un rato de relax, parece que remiten los dolores. Entre tanto los hombres, han reparado el radiador de Juan con la masilla mágica (ahora entiendo la lista de material que nos proporciona Eduardo, quien me lo iba a decir...) El grupo principal arranca hacia el destino de la comida, un lugar llamado el portal de belén pero nosotros, el grupo de 5, seguimos atravesando el desierto, con toda esa arena, que ya comenzaba a amontonarse dentro de los coches. Estos cinco coches magníficos con sus tripulantes; finalmente encontramos la salida. Protocolo de inflado de ruedas, y entre la espesa niebla de la tormenta de arena, ya reinante a esas horas, oímos un ruido, de pronto Antonio y Eduardo aparecen con el Toyota, volando entre oued y oued. Estaban preocupados por nuestra tardanza y vienen a buscarnos. Escoltados por “los jefes” llegamos sobre las 18:00 a la posada “el portal de Belén” y nos unimos al grupo. La tarde, iba a ser interesante, una larga hamada, lisa como la palma de la mano, permitía que el grupo circulara constantemente por encima del los 80Kms/h, y durante cerca de 2 horas... Increíble!!!! Ya en carretera, el punto de repostaje era Alnif, todo el grupo reposto al anochecer, aun quedaban 100Kms de carretera, El hotel Xaluca Dades, nos esperaba... Hacia las 22:00 horas tocamos hotel, pero faltaban 3 vehículos, Carlos Pi, tenia problemas con el combustible comprado al salir de las dunas. El coche fallaba y pegaba tirones. Gracias a los mecánicos militares del cuartel local, se desmonto el deposito y limpio los carburadores del Wrangler, pudiendo continuar hasta el hotel pero llegando a puerto a las 4 de la mañana. Sanos y salvos, pero cansamos Carlos Pi, Carlos, Enrique y Vicente, por fin podían descansar para acometer el nuevo día. El séptimo, se inicio por carretera ascendiendo las preciosas gargantas de Dades. El principio fue rápido y descansado, precioso de ver y de disfrutar, con gargantas, de verdes lechos, paredes desérticas y cumbres nevadas. Todo decorado con bonitas Kasbhas y pueblecitos. La pista ascendía en dirección Agoudal, alcanzando cotas de 2.900Mts. cumbres que se encontraban nevadas, si nevadas he dicho bien... Una agradable comida de altura en unas praderas bajo el sol, significaron el punto de relax de la etapa. Ya por la tarde, la localidad de Agoudal significaba el inicio de la carretera, que desciendo por las gargantas del Todra, hasta el palmeral de Tinerhir. A todos nos sorprendieron las gargantas, hoy convertidas en centro comercial, llenos de puestos... Eduardo comentaba que las había conocido sin, ni siquiera carretera... El octavo día, comenzó a lloviendo, salimos de Boulmane, por carretera dirección Ouarzazate y el primer vadeo de Oued, que nos encontramos, se encontraba inundado, tras comprobar que era un paso sin complicaciones aparentes reanudamos la marcha, pero Vicente se abrió demasiado y quedo encajado, esto hizo que el coche quedara a 30º, comenzando a entrar agua, el winch de Eduardo por delante no fue suficiente, así que Antonio comenzó a tirar con el suyo por detrás... pero la cosa se complico el coche estaba empeñado en volcar... la rápida intervención de Carlos Pi, Enrique y Fernando evito que el coche perdiera su posición, al mas puro estilo regata de vela, con la simple, estrategia del contrapeso. De nuevo atado por delante, Antonio tiraba y Eduardo iba soltando lentamente, hasta que el coche salió del escalón en el que se había encajado. El susto quedó en susto, y la ruta continuo, aunque aun tuvimos que superar cuatro o cinco vadeos mas, aunque sin el peligro del primero. Por un momento dudamos en adentrarnos en la pista de las “mil kasbhas” ya que los ríos venían crecidos. Pero al llegar a Ouarzazate, la promesa de barro se convirtió en polvo y poca humedad, el territorio se había vuelto seco, ni una gota de agua…. Una comida improvisada en Ait Benhaddou, sirvió para que todo el grupo se uniera en torno a una mesa, aportando cada uno viandas de la madre patria. Por la tarde la estrecha pista aun nos brindaría emoción en los cruces con los vehículos locales, pues el espacio era muy limitado. Aun así todo fue como la seda y llegamos a Marrakech. Ciudad que nos recibió con una intensa granizada. El noveno día, era de merecido descanso... ¿Quién dijo descanso? Marrakech, es tan cansado como la pista, visita a la ciudad, comida en la plaza Jna Fna, recorrer el laberinto, como le llaman los más pequeños, comprar, regatear, mas regatear... burro va, bicicleta viene... Hola Pepe (si mi vecino de la urbanización, que también andaba por allí...) Aquí se puede comprar de todo: baratijas, plata, cerámica, madera, alfombras, relojes, especias, productos para el vigor sexual, ropa, comida, etc., etc. Un día en esta mítica ciudad para el descanso y los paseos, nos devolvieron a la vida urbana, eso sí al estilo marroquí, caos, polución, desorden... líos, etc., etc. Por la noche puntualmente nuestras furgonetas, contratadas para la ocasión, nos recogían en la puerta del hotel para llevarnos a la cena espectáculo Fantasía de restaurante Chez Ali. Todo el grupo disfruto de una cena típica, que sirvió como despedida y del espectáculo, un tanto peculiar, de las mil y una noches, con alfombra voladora incluida. El décimo día, seria un mero tramite por la cara más moderna y europea de Marruecos. La nueva autopista nos lleva en pocas horas hasta Rabat, Casablanca y más tarde Tánger. Donde un nuevo caos nos recibía en la frontera del puerto. Las dos horas de tramite habituales, mas un lío descomunal para embarcar. Tras 5 horas, los últimos del grupo embarcaban rumbo a Tarifa y a continuación Algeciras, para llegar a nuestro ultimo hotel, El Guadacorte. Que pese al retraso acumulado, nos tenia una cena buffet preparada. El undécimo día, sirvió de despedida y vuelta a casa de cada uno de nosotros, con los momentos agolpándose en nuestras cabezas, y conscientes de que al día siguiente, Eduardo no tocaría el silbato para iniciar la marcha... Hubo atasco, pero no importaba, eso significaba que aun no llegábamos a casa y no volvíamos a la realidad... Gracias todos, participantes, patrocinadores y todas las personas que han colaborado para el éxito de este viaje. TEXTO: JOSE RAMON CORTES, MANUEL BALLESTEROS Y EDUARDO CELDRAN FOTOS: EDUARDO CELDRAN / MANUEL BALLESTEROS TODAS LAS FOTOS EN: Galeria Iberutas 4x4 Galeria Iberutas 4x4 parte 2 MAS FOTOS EN: Touareg 4x4 VIDEOS EN:Video de Carlitos MAS VIDEOS EN: Videos de Carlos MAS VIDEOS EN: Videos de Carlos 2 BLOG EN: Blog Iberutas 4x4

jueves, 27 de noviembre de 2008

Eduardo Celdran Oteo (Ruta de los Monasterios 2008)












RUTA DE LOS MONASTERIOS (La Rioja)

Mayo 2008
Trece coches nos reunimos en unos de los rincones preferidos del Club para comer, el restaurante Balcon de Brezal de El Quintanarejo, un pueblo que no aparece en los mapas y que se encuentra a pie de la laguna negra de Urbion.

La cita era a las 12h para cargar GPS, repartir rutometros, breafing y saludos previos. Para pasar a continuación directamente a la comida. Tras la comida, una breve excursión a la Laguna Negra, para su visita, A continuación comenzamos la ruta en si, ascendiendo al puerto de Santa Inés que nos introducía directamente en La Rioja. Junto en la pequeña estación de Ski, tomábamos una pista que atravesaba un monte de pinos de gran belleza y que descendía suavemente hasta Montenegro de Cameros. Una vez allí por carretera ascendimos el puerto del mismo nombre, desde donde la perspectiva de La Sierra de Urbion y La Demanda, son espectaculares. Ahora tocaba descender hasta el valle del río Najerilla, con la parada obligada de Venta Goyo para repostar. El acceso al monasterio de Valvanera lo hicimos a través de una pista que discurre por el fondo del valle y que de repente asciende al aparcamiento. Ya en el monasterio nos instalamos y procedimos a la cena y posteriores comentarios en el salón principal.



Segunda etapa



A las 10h, tras el desayuno, procedimos a hincar la segunda etapa que luego nos depararía alguna sorpresa. Ascendimos el valle del Najerilla para a continuación pasar a la provincia de Burgos a través de Neila. Una vez comprado el pan, visitamos las lagunas de Neila, con una caminata entre la nieve, pero bajo un sol espléndido. De nuevo en los vehículos descendimos entre bosques de pinos hasta Huerta de Abajo y Monterrubio de la Demanda. Ya pie de la Demanda iniciamos la ascensión hasta la Ermita de la Soledad, lugar elegido para la comida. Nada mas comer una trialera en forma de subida de Cortafuegos, puso salsa a la ascensión. Pero la sorpresa vendría al coronar la Cruz de la Demanda, donde la nieve aun permanecía en forma de neveros tapando completamente la pista y haciendo imposible el paso. Tras estudiar la situación decidimos cambiar el itinerario y volver por la cuerda de la sierra en dirección Valdezcaray. Pero tras unos kilómetros de avance, otro nevero nos cortaba el paso antes de llegar al Pico san Lorenzo. Esto solo nos dejaba la opción de deshacer todo el camino andado, pero gracias al nuevo mapa “topo” de Garmin, encontramos una pista que descendía por la cara sur hasta Monterrubio, por un lugar distinto al que habíamos utilizado para subir. Hincamos el descenso e improvisamos una nueva ruta de vuelta a la zona del Monasterio, que resulto bastante divertida, entre barrizales y pistas de piedra. Un ultimo intento por cumplir la etapa nos llevo a ascender en sentido contrario la ultima pista de la etapa, pero al llegar a 800Mts del Pico san Lorenzo, de nuevo la nieve impedía el paso, el nevero helado tenia la misma pendiente que la montaña y con la umbría tenia poca pinta de derretirse.

Dimos la vuelta y descendimos hasta el embalse de Mansilla, el cual bordeamos por una bella pista, que nos llevaba de nuevo a Venta Goyo para repostar. Ya en el Monasterio y tras la cena pudimos celebrar el cumpleaños de Juan, con varios brindis de Cava.


Tercera etapa



Este día tocaba hacer la visita al monasterio de Yuso, cuna del Castellano. Así iniciamos la etapa en dirección a Anguiano, para tomas a continuación la pista que nos llevaba al vadeo de un arroyo, bastante espectacular, ya que el camino seguía su cauce entre ramas durante 100Mts. A continuación los pueblos de Matute y Tobía, nos internaban en un ascenso por pista hasta Villaverde de rioja, desde donde se podían observar los “altos de matute” unas formaciones rocosas con colonias de Buitres revoloteando a su alrededor.

Antes de llegar al monasterio, otra pista nos llevaba a visitar unos prados desde donde se podía ver el monasterio desde lo alto.

La visita, como siempre muy interesante no llevo hasta la hora de comer. Nos pusimos en ruta en busca de una zona recreativa donde comimos junto a un caudaloso río y bajo la sobra de una carpa plegable que Juan aporto al grupo.

Ya por la tarde nuestra pista ascendía de nuevo a lo alto de la sierra de la Demanda, con la incertidumbre de no saber si nos encontraríamos de nuevo la pista cortada por la nieve. Al llegar a lo alto, encontramos unos senderistas perdido, que lógicamente socorrimos. La pista de nuevo estaba interrumpida por la nieve, Marcos y Juan investigaron el paso, que finalmente, con una rueda en por la nieve y la otra por el borde del camino, junto al precipicio, se pudo superar. Una vez en el otro lado, la pista que descendía hasta Valdezcaray estaba completamente despejada. Nuestra próxima visita seria el pueblo de Ezcaray. Tras un paseo iniciamos de nuevo la marcha con una sugerencia de “atajo” por parte de Eduardo, para legar a San Millán de la Cogolla. Se trataba de una pista que terminaba en un vertiginoso cortafuego en bajada hasta el pie mismo del monasterio. Un enlace por carretera nos devolvió a nuestro retiro, donde nos ganamos una buena “broca” por parte de la encargada de la hospedería, al llegar una hora tarde a la cena.



Cuarta etapa



Esta ruta era solo de mediodía, e iniciábamos la jornada con un vadeo del río Najerilla, que casi nunca habíamos podido hacer en otras ediciones, por la crecida del río. El vadeo discurre entre la vegetación del río, con suelo pedregoso y bajo la atenta mirada de un antiguo convento abandonado. Teníamos prevista la visita al antiguo monasterio de Suso, en San Millán, pero se habían agotado las plazas, por lo que proseguimos nuestro camino, ascendiendo por una vertiginosa pista hasta Pazuengos y a continuación Villanueva, o mejor dicho lo que queda de ella, punto en el cual debíamos interrumpir nuestro recorrido, ya que el permiso de medio ambiente no incluía esa pista hasta Ezcaray.

Así pues, en carretera llegábamos a Santurde, donde por pista llegamos a Ojacastro y Ezcaray.

El final de ruta fue una estupenda comida en el restaurante del Albergue la real fabrica.
Tras la comida la despedida, y vuelta a casa, de cada participante, esta vez difuminados ya que vinieron coches de León, Barcelona, Alicante, Valencia, Coruña y Madrid.

Esperamos poder repetir esta ruta, con nuevos trazados en próximas ediciones. Hasta la próxima.



TEXTO Y FOTOS: EDUARDO CELDRAN


TODAS LAS FOTOS EN: Galeria Iberutas 4x4


MAS FOTOS EN: Ruta 4x4

Eduardo Celdran Oteo (Ruta Pinares de Urbión 2008









RUTA PINARES DE URBION
ENERO 2008



El viernes por la noche la cita era en el hotel La reserva de San Leonardo Yagüe, y la cena en el restaurante El Hachero, donde siempre cenamos bien, pero siempre falta espacio. Tras la cena y con la llegada de los últimos participantes, se comenzó con el reparto de rutometros y con la carga de GPS para no perder tanto tiempo por la mañana. La operación y la tertulia se prolongo hasta altas horas de la madrugada.

El sábado por la mañana, una vez recuperados del sueño y tras el desayuno, Eduardo dio el breafing en la escalera del hotel, donde explico los pormenores de la ruta y los puntos de parada para las visitas, así como el punto de comida.
Nos pusimos en marcha, nada mas tomas el primer camino, nos dimos cuenta que el barro acompañaría todo la ruta. Entre pinos y por un camino estrecho junto a un arroyo circulábamos, despertando algún animal como un corzo que salió a nuestro encuentro.
El camino nos llevo hasta la carretera que nos levaba al mismísimo mirador del Cañón del río Lobos, pero la niebla nos impedía ver su grandeza desde lo alto, por lo que descendimos hasta el aparcamiento, donde iniciaríamos la primera “caminata” del día, hasta la ermita y la cueva del Cañón. Ya de vuelta a los coches, y ante la cantidad de niños asistentes a la ruta, decidimos realizar una parada en el centro de interpretación, donde existen cantidad de animales disecados y una explicación de la formación, vegetación, fauna del cañón.

Una parada sin un “piscolabis” no es parada, con lo cual algunos de los participantes aprovecharon la parada para “engañar” el estomago.

Ya en ruta una serie de pistas nos llevaron hasta el pueblo abandonado de cubilla, y a continuación entre pinares hasta Muriel de la fuente, pero una nueva pista, nos facilito aun más el camino, perdiendo un poco el sabor de los caminos antiguos...
En Muriel teníamos prevista la segunda parada y visita, esta vez a la laguna de la Fuentona, una extraña formación a un por explorar en su interior, debido al complicado sifón que forma en su interior.

La comida la celebramos en una zona recreativa, junto a la ermita de Muriel, el sol pro fin empezó a lucir, haciendo más agradable la parada. Verónica, reparito callos a diestro y siniestro, por supuesto estaban riquísimos, muchas gracias Vero. Enrique por su parte nos deleito con un café y un surtido de orujos, remato la comida...

De nuevo en ruta, la trialera del día nos esperaba, se trataba de una subida entre paredes de piedra, por un antiguo camino carretero. Todos la superaron sin problemas, excepto el debutante Adolfo, que prefirió no someter su Porsche Cayenne a las piedras, ya que su calzado no era apropiado para estas lides. Una vez superada la dificultada, nos encaminamos hacia Calatañazor, pueblos famoso por el dicho “donde Almanzor, perdió su tambor” y con un sabor muy agradable, y tiendas de venta de productos artesanales, que casi todos visitaron. Al no haber ningún bar abierto para tomar café, decidimos continuar por el nuevo tramo marcado, novedad este año, entre Calatañazor y Cabrejas del Pinar, atravesando un hermoso bosque de sabinas.

Un grupo, encabezado por Carlos y Enrique, equivocaron la pista, teniendo que tirar de su sapiencia con la navegación y el GPS, para recuperar la buena pista, eso sí, con una buena propina de kilómetros.
Una vez en Cabrejas y casi anocheciendo, nos internamos en los pinares de Navaleno, por las pistas semi-asfaltadas, que nos conducirían hasta la estación de Pinar Grande, lugar escenario de la película de Doctor Zivago, y que los participantes visitaron con gran interés.
Solo unos kilómetros de nocturna, nos separaban de Navaleno, lugar final de la primera etapa.

La cena esta vez en el hotel, por la cantidad de personas que éramos (41 adultos y 17 niños, en 22 coches) hacían imposible cenar fuera, en el pueblo...

La segunda jornada nos llevara en dirección norte, a través de las pistas, en buen estado, hasta el caserío de Amogable, base central de los forestales de la zona, con aeropuerto.
Seguimos camino hasta un peculiar refugio, que cualquiera de nosotros nos gustaría tener, en medio de este frondoso pinar, para poder pasar los fines de semana en la montaña. Nuestro camino sube hasta la ermita de Molinos de Duero y baja hasta llegar al pueblo, donde a través de la plaza accedemos a un vía crucis de piedra, que nos guía hasta la vecina Salduero.
Salduero nos recibió con un bonito vadeo del río Duero, que todos superaron sin dificultades.

Aquí comenzaba nuestra ascensión al pico Urbion, a través de pistas en buen estado, que alcanzan los 1700Mts con facilidad, hasta una tortea de vigilancia y el colindante caserío de Bocalprado. A partir de aquí la nieve hacia acto de presencia, pero todos los vehículos avanzaban con facilidad, pese a que el hielo iba aumentando en la rodera. Una vez en el cruce del Urbion, (ahora prohibido el acceso a los vehículos, suponemos por que es utilizada la pista para hacer ski de fondo, no queremos pensar en no poder volver a subir en coche) la pista se complicaba. El hielo se apodero del camino en las zonas sombrías y el Porsche Cayenne de Adolfo patinaba constantemente, pero no llegaba a pararse, hasta que junto a un puente, un pequeño repecho en curva, puso fin a las aspiraciones de este autentico todoterreno, pero con ruedas de autopista.
Comenzamos una maniobra para hacer avanzar al Porsche, que consistió en adelantarlo con el Jeep de Jesús, para remolcarle con una eslinga, pero no funciono, el Jeep patinaba y no era capaz de llevarse al Porsche. A continuación probamos con una cadenas prestadas, que José Manuel nos ofreció de su Parthfinder, pero al no ser la medida se soltaban al iniciar la marcha y empezar a patinar.
Finalmente, Jesús, dio media vuelta, para remolcar mediante wich al Cayenne, pero al estar en curva tuvimos que utilizar la polea de reenvío, y winchear en varias tandas, hasta que el Cayenne estuvo a arriba. Hora y media nos llevo esta operación, tiempo que aprovecho el primer grupo para visitar la laguna negra, y comprobar como las carreteras heladas, son peligrosas hasta para nuestros todoterrenos.
Una serie de turismos, se atravesaron en la carretera, teniendo que ser socorridos por el primer grupo. Mientras el segundo grupo salía de la pista nevada y comenzaba el descenso hasta Santa Inés, caserío, mediante el cual se accede a la carretera, que une Vinuesa con La Rioja.
Dos kilómetros de descenso y la tomábamos la pista que después de superar dos vadeos trialeros, nos dejaba en El Quintanarejo, lugar de la comida y final de la ruta. El restaurante Balcón de Brezal, nos recibió con unas migas, revuelto de boletus y gulas, y finalmente sus estupendos chuletones a la brasa, un fin de fiesta perfecto, para un fin de semana lleno de emociones.

El próximo año esperamos poder seguir contando con los permisos necesarios y que la nieve nos acompañe de nuevo. Hasta la próxima...

Texto y Fotos: Eduardo Celdran