domingo, 23 de noviembre de 2008

Eduardo Celdran Oteo (Ruta Pinares de Urbión 2007





RUTA A LOS PINARES DE URBION
Enero 2007


Por segunda vez y tal y como prometimos, volveríamos sobre estas tierras soriana en busca de la nieve y mayores dificultades. Pero esta vez el tiempo, o mejor dicho el mal tiempo, no nos acompaño para nada y el sol brillaba en lo alto.

Nos dimos cita en el magnifico hotel La Reserva de Navaleno, el viernes por la tarde. Rápido acudimos a El Hachero a cenar donde su dueño nos colmo con buenos productos de la tierra.
Todos contentos a la cama para reponer fuerzas para la ruta…

A la mañana siguiente partíamos por un nuevo camino alternativo, propuesto por medio ambiente, para evitar la pista mas transitada de la zona, proponiéndonos un camino peor… (mejor para nosotros…) pronto llegamos a través de caminos al mirador del Río Lobos, una niebla envolvía la vista no dejándonos ver los Buitres volar. Descendimos al mismísimo caño donde estaba prevista una caminata hasta la ermita y la cueva. Curiosamente la niebla abajo no existía.
Tras la primera parada una visita corta al castillo de Ucero nos puso en ruta hasta mediodía, donde elegimos para comer al aire libre la explanada de la Fuentona, una laguna de aguas azuladas y que esconde una larga gruta submarina.
De nuevo sobre nuestra monturas visitamos Catalañazor y nuestro recorrido nos llevo a través de las pistas semiasfaltadas de los pinares hasta la estación de Pinar Grande, escenario del rodaje de Doctor Zivago. Un corto camino nos quedaba hasta el hotel.
Ya por la noche los amigos del Hostal Navaleno nos obsequiaron con una cena asturiana.

El domingo la ruta seria solo de mediodía, partiendo en dirección opuesta al dic anterior, es decir hacia el norte, para a través de los pinares llegar hasta el caserío del Amogable, donde por una pista recién reparada pasaríamos al siguiente valle, donde las localidades de Duruelo y Covaleda serian nuestros próximos destinos.
Pronto iniciamos la subida al pico Urbión, al principio asfaltada y al final convertida en una excepcional trialera, donde además con el dic tan agradable las vistas eran magnificas. Una visita a la laguna helada, con las vistas sobre la laguna negra, sirvió como final de actividades y visitas. Solo nos quedaba recorrer algunos kilómetros mas de pista pasando por el caserío de Santa Inés, para terminar en casa de nuestro amigo Jaime, en El Quintanarejo.
El Bacón de Brezal nos dedico una comida con setas y demás productos de la zona, terminada con una excelente carne de buey a la piedra.
En próximas ocasiones esperamos poder disfrutar de la nieve, que últimamente se hace de rogar.
Texto y fotos: Eduardo Celdran